La niebla y la doncella :: Silva Lorenzo
Страница:
213 из 226
Por lo que sea, te has convencido de que tienesun deber que cumplir y sigues adelante, contra viento y marea. También eres un crédulo, aunque de otra especie. Y al final, él y tú, sois lo mismo. Honrados tontos útiles, limpiándole las porquerizas al señor marqués. Que ahora no se hace llamar marqués, ni siquiera exige siempre que le llames señor, pero que después de todo viene a ser lo que siempre ha sido. Para él trabajas, mientras te crees un salvador de la humanidad y un servidor de la ley.
Le escuché con gesto beatífico. No pensé que quisiera insultarme.
– ¿Has llegado a creer que eres mejor que Siso? -pregunté.
– No. Claro que no. Sé que soy mucho peor que él.
– ¿Más listo, entonces?
– Menos iluso, nada más.
Medité sobre sus palabras. No quería responderle de cualquier modo. No porque sintiera la necesidad de preservar ante él mi vanidad. Nava estaba rendido, acabado, roto. No había nada que proteger de él. Más bien sentí una responsabilidad ante Siso y ante todos los que creían en lo que hacían. Yo no era quién para hacerles de portavoz. Pero me pareció que lo era.
– Pues no sé, Nava -dije-. Pero dudo mucho que la gente como tú sea más lista que la gente como Siso. Ni siquiera la gente como tú a la que le sale bien la jugada. Le llamas tonto, a Siso. Pero tú también eres tonto. Y yo. Todos lo somos. De todos, quien nos conociera y pudiera juzgar nuestra vida de cabo a rabo, acabaría diciendo: mira, qué tontería, y qué se creería que estaba haciendo. Eso no tiene vuelta de hoja. Así acabamos todos.
Nava me calibró con la mirada, escéptico.
– En fin, tal y como yo lo veo -continué-, la cuestión no es empeñarse por encima de todo en no ser un tonto útil. Sino tratar de impedir que tus actos te conviertan en un tonto inútil o en un tonto perjudicial.
– Y eso por qué.
– Porque son pocos los hombres que han nacido para hacer daño y convivir tranquilamente con ello. Si es que hay uno solo.
– Debo entender que no me consideras un malvado, entonces.
– Hablando en serio, Nava. ¿Qué es un malvado?
– Creí que tendrías tu concepto de eso.
– Pues no -contesté-. He conocido a gente que hacía el mal, por supuesto. Pero no estoy seguro de haber conocido a ningún malvado. He conocido locos, inconscientes, estúpidos, cobardes, soberbios, ambiciosos, débiles, imprudentes. Pero malvados, lo que se dice malvados, no. Todos se buscaban una excusa para convencerse de que las circunstancias los habían llevado ahí. Un malvado no se busca excusas.
|< Пред. 211 212 213 214 215 След. >|